Soy una niña abandonada en un orfanato. Mirando por la ventana veo que la gente que viene y se vá. Viendo como los padres saludan a sus hijos y también, como las personas adultas recogen a niños. Este collar que veis en mi cuello me lo dió mi madre. Me tuvo traer al orfanato porque ella no tenía dinero para alimaentarme y porque tenía cáncer de pulmón y estaba en un hospital. Ella murió y mi padre se suicidó por la causa de su muerte. Tengo 14 años y ya no sé si soportaré mucho tiempo más aquí. Estar aquí es como estar en el infierno. Te insultan, te pegan, te maltratan... Nunca he salido más allá de estas cuatro paredes, hasta me traen la comida a mi cuarto. Mi cuerto a penas mide 2x2 metros de largo y en el tengo una cama, un armario con dos vestidos y un peluche al que le llamo Sonrisas. Mi vida es como la vida de un bebé: como, duermo y hago mis necesidades. Ni siquiera me comunico con nadie. Las personas que trabajan en el orfanato nos pegan continuamente si no es por una cosa es por otra, o si tienes una arruguita en la cama, o porque sólo tienes dos vestidos... con tal de pegarnos hacen cualquier cosa. Tengo una pequeña ventana por donde todos los días miro. Si pudiera ser libre como los pajarillos, si pudiera respirar el aroma de las flores... sería la niña más feliz del universo. Empujé la puerta hasta que la tiré, subí corriendo las escaleras mientras las encargadas del orfanato me perseguían y llegué a una ventana que daba al tejado.
Abrí la ventana y subí al tejado. Me coloqué en el bordillo, y mientras pasaban los coches me tiré. Al tirarme pensé en mis padres y una lágrima pasó por mi mejilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario